Aquella tarde cambió su camino de regreso a casa, su rutina, sus pautas de comportamiento. No entró en los recreativos, tomó el autobús y se dirigió al centro.
Entró directamente en el local del que le habían hablado, estaba situado en un rincón de la calleja, poco iluminado y con un fuerte olor a orines recientes. Sonó la campanilla al abrir la puerta, estaba en penumbras, sólo pudo percibir a la señora que había al otro lado del mostrador al oírla carraspear. Era de ojos rasgados, china o japonesa, no sabía distinguirlos, todos le parecían igual. Se decidió a hablar después de situarse en la escena y haber mirado los estantes.
-Buenas tardes, me ha comentado un amigo que venden aquí… pues eso, de lo que tiene en el primer estante.
-Su amigo le dijo bien, ¿tiene el dinero?
-Sí, me dijo mi amigo que valen 100 pesetas.
-Han subido, ahora cuestan 110. ¿Llevas bastante?.
-Si, tenga, déme una caja de 12.
-Tómala y úsalos bien.
Salió cerrando la puerta tras de sí mientras oía a esa horrible mujer reír desagradablemente.
Hoy en día es más fácil, la juventud los encuentra en cualquier parte, se les entregan gratis en colegios e institutos, los tienen a su disposición en los aseos de los bares que frecuentan, y todo ello sin tener que dar la cara, ni tener que esperar en una farmacia a que esta quede vacía, o en el supermercado a ponerlos ante la cajera que les mire con una sonrisa picarona.
Entró directamente en el local del que le habían hablado, estaba situado en un rincón de la calleja, poco iluminado y con un fuerte olor a orines recientes. Sonó la campanilla al abrir la puerta, estaba en penumbras, sólo pudo percibir a la señora que había al otro lado del mostrador al oírla carraspear. Era de ojos rasgados, china o japonesa, no sabía distinguirlos, todos le parecían igual. Se decidió a hablar después de situarse en la escena y haber mirado los estantes.
-Buenas tardes, me ha comentado un amigo que venden aquí… pues eso, de lo que tiene en el primer estante.
-Su amigo le dijo bien, ¿tiene el dinero?
-Sí, me dijo mi amigo que valen 100 pesetas.
-Han subido, ahora cuestan 110. ¿Llevas bastante?.
-Si, tenga, déme una caja de 12.
-Tómala y úsalos bien.
Salió cerrando la puerta tras de sí mientras oía a esa horrible mujer reír desagradablemente.
Hoy en día es más fácil, la juventud los encuentra en cualquier parte, se les entregan gratis en colegios e institutos, los tienen a su disposición en los aseos de los bares que frecuentan, y todo ello sin tener que dar la cara, ni tener que esperar en una farmacia a que esta quede vacía, o en el supermercado a ponerlos ante la cajera que les mire con una sonrisa picarona.
31 comentarios:
Los tiempos cambian Emilio!!... hoy en día hasta te los meten en el buzón de publicidad...
Un besote!
Muy bueno Emilio, que sensación incómoda..
Casualmente el otro día estaba en la farmacia y el hombre que estaba al lado mío pidió 2 cajas de 12 y una botellita de aceite corporal, sin ningún pudor y en voz alta, me quedé perpleja, jaja.
Cariños!
Las cosas cambian. En este caso, para mejor.
Besicos.
Pues si Emilio, cosa que me alegra mucho, igual que la píldora, en mi tiempo no te la recetaban ni los gines...hasta después de la transición nada...
¡¡¡Qué tiempos eh!!!, cuando leia el camino del chico me ha entrado como un repelús...
Un abrazo.
PD. mañana ¡¡¡Perdidos!!!
Por suerte los tiempos cambian aunque todavía hay jóvenes que sienten vergüenza cuando van a comprar preservativos.
Los padres hablamos con naturalidad del tema sexualidad con los hijos pero quizás ellos son los que se sonrojan todavía.
Queda mucho camino por andar en educación sexual, mentalizar a nuestros hijos que el preservativo no sólo es bueno para evitar embarazos, sino también para evitar enfermedades.
Me gustó tu relato, los echo tanto de menos que hoy te aplaudo más efusivamente.
Besicos, amor.
Pero eso mismo revela que hay mucha estupidez aun al respecto. No sé por qué tiene la farmacéutica o la dependienta que reírse cuando se les pide una caja de preservativos. Yo no me he visto nunca en esa tesitura, aunque luego mis entradas vayan por otros derroteros jajajaja, pero me incomodaría mucho.
Está claro que necesitamos más educación, más formación y tratar lo sexual con mucha mayor naturalidad.
Desde luego, no me extraña con todo ello que haya tantos casos como los del reportaje de mi última entrada. Lamentable¡¡
Abrazos¡
Querido Emilio, me has recordado algunas ecenas... Jejeje... Menos más que en algunos aspectos avanzar tiene sentido en la práctica. Lo que no entiendo es cómo aún hay tantos embarazos no deseados y tantas enfermedades venéreas. Parece que avanzar no es suficiente sin una buena educación.
Me alegra venir.
Un abrazo.
Querido Emilio, me has recordado algunas ecenas... Jejeje... Menos más que en algunos aspectos avanzar tiene sentido en la práctica. Lo que no entiendo es cómo aún hay tantos embarazos no deseados y tantas enfermedades venéreas. Parece que avanzar no es suficiente sin una buena educación.
Me alegra venir.
Un abrazo.
afortunadamente eso quedó atrás y poder adquirirlos está al alcance de cualquiera, aún así hay quien no lo sabe utilizar correctamente o simplemente pasa de utilizarlo
un abrazo
Y lo mejor y más importante, ahora ya, ni la señora de la farmacia ni la de la caja miraría a los chavales con sonrisa picarona, y a los chavales les daría tres pepinillos que lo hiciera.
Besos
Narci
Aaahh!!!
Quien pudiera volver a aquellos tiempossssss .......
y a aquellas edadesssss ........
Como me has hecho volver al pasado,a la chica hipi, ir a la farmacia del pueblo de al lado que no te conocian, en fin ....
esos eran nuestros tiempos. Y los aprovechamos lo mejor que pudimos.
Y hoy gracias a tu poema, los he vuelto a revivir durante un ratito.
Un fuerte abrazo Emilio.
Que tiempos aquellos. El tiempo avanza y ahora es mas facil para todos. Besos, cuidate.
Los tiempos cambian y aun existen jovenes que teniendo en sus narices toda la información pasan del tema....luego a llorar
Bueno... y en la farmacia comprabas de todo antes de pedirlos jajajaa
Cómo cambian los tiempos. Incluso hablamos de ello, cosa que antes era impensable.
Feliz dia, Emilio
Ahora te los dan hasta en el metro. Es verdad que han cambiado mucho las cosas, qué vergüenza se pasaba antes cuando ibas a la farmacia, esperabas que no hubiera nadie y los pedías con un hilillo de voz :) Me ha gustado tu relato, muy bien retratado el tema. Un abrazo!
Esas sensaciones no eran nada gratas, desde luego..., pero tenían algo de rito.
La vida cambia Emilio.
A mi siempre me tocó comprarlos porque a mi pareja le daba corte. :))decía que la farmaceutica le miraba, jaja pues claro si tenia que atenderle, nada mas normal.
Besos.
Hoy en dia los chavales ya saben por donde moverse para conseguir lo que quieren, y como lo que cuenta es el dinero nadie pone reparos.
que tengas una feliz semana
Vaya que los tiempos cambian, Emilio. En este caso, me parece, para bien.
La foto me encantó.
Un abrazo
Pues si que tenía que ser incomodo, sobre todo porque la gente que los vendían fijo eran los que más los usaban, pero se mofaban sin ningún sentido ni razón de quien los compraba. Nunca entenderé esa forma de pensar.
Un saludo.
Interesante tú relato de como cambian los tiempos. Naturalidad en un tema delicado.
Un abrazo.
Es cierto cambian, me acuerdo mi novio que esperaba a que no hubiera nadie en la farmacia, como si fuera una verguenza ,un delito, y lo peor es que saliamos corriendo como si nos persiguieran ...ja ja ja
Con cariño
Mari
Muy buena descripción de la secuéncia, Emilio. Ahora, los llevan l@s preadolescentes en la bolsa de los lápices o junto con las chuches. Sólo se me ocurre pensar lo jilip----s que hemos sido.
Qué se le va a hacer..., eran los tiempos.
La foto, preciosa.
Ha sido un placer la visita.
EMILIO..menos mal que se facilita el poder comprarlos en sitios donde no te mira nadie..recuerdo un día en una farmacia un chico jovencísimo que esperó a que quedase la farmacia medio vacía y se lo dijo casi en un susurro..¡¡dios mío!!estaba como un tomate...¿Recuerdas a MJ que tenía un mundo interior?Ahora vuelve Morgana cuando quieras puedes visitarme
besos
¡¡Qué rapidez la tuya Emilio!
Mil besos...aunque avisé a Emibel por correo,tuve que borraros a todos para volver a enlazaros con mi otro nombre..estoy embalando cajas como una loca...¿se lo dirás a Emibel,por favor?No doy abasto.
Un millón de gracias.
En hora buena que ahora hay en todos lados no.
Si los cambios son para mejorar pues bueno...
Un abrazo fuerte, cuidate mucho, besos y magia.
En hora buena que ahora hay en todos lados no.
Si los cambios son para mejorar pues bueno...
Un abrazo fuerte, cuidate mucho, besos y magia.
Emilio paso a dejar saludos y un beso a la distancia, cuidate amigo.
todos hemos pasado por esa situación incómoda, jejejeje.
Menos mal que todo va cambiando y afortunadamente para mejor. si no te importa me quedo por estos lugares.
...las prohibiciones y el mercado...cómo se la llevan de bien... la liberalidad y el mercado...cómo se la llevan de bien... el mercado absorbe nuestros temores, pero también muchos de nuestros arrojos...
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Emilio , cuánto ingenio en tu escrito; te felicito amigo.
Un abrazo.
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