Su madre lo fue todo para él, desde que fue un bebe, ella se hizo cargo de todas sus necesidades. No olvidemos a sus abuelos que también ayudaron, y mucho. Pasaron los años, con el nunca te abandonaré, a ti te quiero más, tu eres mi mami, te quiero mami, un abrazo mami, un besito mami....
Y llegó el, déjame salir hasta más tarde, quiero una moto, quiero las deportivas de no se que jugador de básquet....
Y su madre, eres muy joven, con esa hora ya es bastante, tengo miedo a las motos, no quiero que me llamen un día que has tenido un accidente, esas deportivas son demasiado caras, mira esas otras parecidas por la mitad de precio.
Y su padre le dio la moto, las salidas nocturnas y las dichosas zapatillas.
Y la madre se quedó sin su hijo.
Y lloró.
Esas noches especiales y susurrantes que te hacen sentir algo que no puedes identificar.... Esas noches de luna llena en que aparecen cuando menos se esperan... Esas noches.... si... esas noches blancas
02 octubre 2009
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1 comentario:
Esa es muuuuuuuuuchas veces la cruda realidad.
Buena historia Emilio.
Un abrazooooooo
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